Cuando el huerto se pone generoso en verano y los calabacines parecen no tener fin, hay que agudizar el ingenio en la cocina. Más allá de cremas, tortillas o salteados, hoy te propongo una idea diferente y sorprendente: mermelada de calabacín casera.
Su sabor suave combina de maravilla con un toque de limón y canela, convirtiéndose en una conserva ligera, dulce y perfecta para untar en tostadas, acompañar quesos o dar un giro distinto a tus postres.
Lo mejor de todo es que se prepara fácilmente y te permite conservar la abundancia de la huerta en tarros que estarán listos para disfrutar todo el año. Una receta sencilla, original y deliciosa para quienes aman sacar el máximo partido de cada cosecha.*🍯✨
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