Las carrilleras de cerdo al vino tinto son uno de esos guisos tradicionales que conquistan desde el primer bocado. La carne, cocinada lentamente, queda tan tierna que se deshace en la boca, impregnada del aroma y el sabor profundo del vino tinto reducido con verduras y especias.
Es un plato perfecto para preparar con calma y disfrutar en familia durante los días fríos, cuando apetece algo reconfortante y lleno de sabor. Aunque pueda parecer complicado, en realidad es una receta sencilla, donde el secreto está en dejar que el tiempo y el fuego lento hagan su magia.
Acompañadas de un buen puré de patatas, unas verduras salteadas o incluso unas patatas fritas caseras, las carrilleras se convierten en un plato digno de cualquier mesa de fiesta, pero con el alma de la cocina de siempre.
Una receta para saborear sin prisas, que nos recuerda que lo bueno, como en la vida, requiere su tiempo.

🍷 Carrilleras de cerdo al vino tinto: receta tradicional, tierna y sabrosa
Ingredientes
Paso a paso
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Partimos de unas carrilleras sin hueso ni grasa, bien limpias.
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Salpimentamos las carrilleras por ambos lados y las pasamos por harina, sacudiendo entre las manos para retirar el exceso.
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Calentamos un poco de aceite en una olla a presión y marcamos las carrilleras a fuego fuerte. Retiramos y reservamos.
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Lavamos bien los pimientos, los vaciamos y picamos en trozos pequeños, pero sin necesidad de que sea muy picado. Pelamos los dientes de ajo, las cebollas y las zanahorias y picamos estas dos últimas verduras. Calentamos un poco más de aceite en la olla y pochamos todas las verduras durante 10 minutos.
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Regamos con el vino tinto y dejamos reducir, a fuego fuerte, para que se evapore el alcohol. Incorporamos las carrilleras y el caldo de carne, ajustamos el punto de sal y pimienta, y cocemos a fuego suave durante más o menos hora y media, comprueba el punto cortando un pedazo y ver si está tierna.
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Cuando las carrilleras estén listas las retiramos de la olla o cacerola y trituramos bien las verduras para hacer la salsa.
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La devolvemos a la olla para darle un último hervor y dejar que coja cuerpo y espese si fuera necesario. Servimos las carrilleras con la salsa por encima.